Películas recién vistas: DECLARACIÓN DE GUERRA

La guerre est déclarée es una drama que huye de caminos trillados y de los excesos empalagosos y lacrimógenos, sin dejar de lado la emoción, para contarnos la historia de una joven matrimonio, Romeo (Jérémie Elkaïm) y Julieta (Valérie Donzelli), enfrentado a una verdadera prueba: la grave enfermedad de su hijo, que aún no ha cumplido los dos años. Pero además, como aliciente añadido, ambos protagonistas, co-guionistas además del film, son quienes vivieron la peripecia en la vida real, en sus propias carnes, que suele decirse.

La película transmite a la perfección la magnitud del drama al que se enfrentan ambos amantes, y la manera serena en la que lo afrontan, día a día, mirando a la vida de cara, sin dejarse llevar por la desesperación ni ceder al miedo. Porque la vida no es sólo esas alegres carreras, esos besuqueos, esos cafés parisinos tan románticos… no, la vida es mucho más que todo eso.

Alternando momentos románticos, de comedia y de intenso drama, en un difícil malabarismo del cual sale airosa en conjunto, Declaración de Guerra triunfa gracias al vitalismo que transmite, con sinceridad y sin dulzonerías, pese a que algunos de los recursos y maneras de narrar que pone en juego su directora funcionan mejor que otros en determinados momentos del film. Tiembla uno al pensar qué tipo de engendro baboso podría haber surgido de esta historia en manos menos cuidadosas. Pero, ¿qué manos más cuidadosas puede haber que las de sus propios protagonistas? Ambos interpretan los dos intérpretes principales de la película, y son sus propios guionistas, además.

Su protagonista y directora se arriesga y triunfa al elegir un punto de vista diferente para narrar su historia, esa guerra en la que ambos protagonistas se ven envueltos. Y eso es siempre digno de elogio. Estoy seguro de que habrá gente a la que le chocarán algunas de las reacciones y conductas de estos modernos Romeo y Julieta, que en algunos casos rozan lo inverosímil, o que rehuirán la cinta debido a que trata un tema "difícil". Pero es imposible no identificarse con una historia de este tipo, tengas hijos o no. Cualquiera está expuesto a ser protagonista o actor de reparto de una historia como esta.

Además de un verdadero alegato (explícito) en favor de la sanidad pública, algo que hay que subrayar, y más en los tiempos que corren, Declaración de Guerra rebosa sinceridad, valentía (en la historia y en la forma de contarla) y emoción sincera y contagiosa. Su valor fílmico está a la altura de su aportación humana, algo que no siempre sucede en este tipo de filmes, digamos, comprometidos.

Declaración de Guerra es una de esas películas que no es para todos los públicos ni para todos los momentos. Pero ilustra a la perfección una situación en la que todos podemos vernos inmersos de una manera u otra en cualquier momento, y por ello, y no sólo por ello, merece la pena.