Películas recién vistas: EL TOPO

Esta es una de las películas más exigentes que recuerdo en los últimos tiempos. El acertadísimo modo de narrar la historia y de manejar la información que eligen los autores de la adaptación de la célebre novela de John LeCarre hace necesario mantener la atención a cada instante, cada retazo de información, cada mirada, cada palabra del relato. Y merece la pena.

La historia nos devuelve a los años de la guerra fría. El hierático Mr. Smiley (estupendo, reconcentrado, seco Gary Oldman) es el encargado de encontrar al espía que se oculta en las altas esferas del espionaje británico, en el mismo corazón del Circo. A su alrededor, cualquiera puede ser un espía para los rusos. Todo son secretos, intrigas, medias verdades… y las apuestas en el juego son las más altas.

Durante los casi 130 minutos de metraje del film, su director, Tomas Alfredson (Déjame Entrar) apuesta por una estética fría y elegante y por un acertado uso de los flashbacks que redobla la dificultad (atención a las escenas que se desarrollan durante la fiesta de navidad en el Circo, por ejemplo). Pero El Topo compensa la atención que exige con una puesta en escena magistral, una ambientación soberbia, una absorbente intensidad que recorre el metraje en una sucesión de momentos magistrales (el fantasmagórico relato de Smiley de su encuentro con su gran enemigo se lleva la palma), un reparto excelentemente equilibrado de grandes actores (Colin Firth, Toby Jones, Benedict Cumberbach, Mark Strong o John Hurt, entre otros) y una excelente ilustración de la paranoia del negocio en el que andan metidos Smiley y sus colegas.

En resumen: una película excelente que además trata a su espectador como si fuera una persona inteligente y atenta... y tan llena de detalles y aciertos que ganará, sin duda, con cada nueva revisión.