Foto: EL DIARIO VASCO |
Incluso prescindiendo de canciones habituales, casi imprescindibles, como son The Promised Land, Darkness on the Edge of Town, The Rising y Thunder Road, incluso con la sentida ausencia de Clarence Big Man Clemons y Danni Federici… Bruce, anoche, volvió a vencer y convencer. El Boss gritó, rugió, chapoteó y corrió bajo la lluvia, después de abrir el concierto con la legendaria Who'll stop the rain de su admirado John Fogerty. Y después del himno tradicional de apertura de concierto en noches de lluvia para Bruce y la incombustible y reforzada para la ocasión E Street Band, llegaron como un tren de mercancías disparado We take care of our own y Wrecking Ball... inmediatamente seguidas de un engarce de lo viejo y lo nuevo formado por la inmensa The Ties that Bind, la reivindicativa Death to my hometown y una emocionante My City of Ruins (homenaje a Sam Cooke incluido) en la que Bruce presentó a la banda, incluidos los ausentes, a un público ya entregado.
Tras el primer respiro en aproximadamente media hora, arrancó Spirit in the Night con un arreglo de apertura soberbio, seguida por una telúrica Night y una estupenda sorpresa, en directo desde 1973: Does this bus stop at 82st Street?, que también pudimos escuchar en San Mamés en otra noche mágica. A estas alturas del show quedaban ya claras varias cosas. Bruce venía con ganas de mantener intacta su reputación; la banda sonaba estupendamente; el público estaba entusiasmado; el sonido, nunca perfecto en estadios, era bastante mejor que en su anterior actuación en Anoeta, más claro y menos retumbante; y el heredero y sobrino del Big Man, Jake Clemons, demostraba que no está en la banda por oportuno nepotismo y bordaba los solos de saxo.
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Pero lo mejor estaba por llegar. La sensacional Jack of all trades daba paso a una tremenda Adam Raised a Cain, demostrando que Bruce sigue navegando por su amplio cancionero con brújula experta y absoluto control, y manteniendo una admirable unidad temática en el diseño de sus repertorios. Prove it all Night y She's the One, sobre todo esta última, acabaron de poner de pie a quien aún quedaba sentado, y el respetable rio y disfrutó de lo lindo a contiucación con el festival de bailoteo que se marcó Bruce en Working on the Highway.
Una Shackled and Drawn a puro voz en grito, rematada por Bruce con un aire gospel a dúo con una de las excelentes vocalistas negras incorporadas a la banda, Cindy Mizelle, dio paso a una divertidísima Waiting on a Sunny Day (con Bruce correteando detrás del chaval al que invitó a cantar el estribillo, ante la algarabía general por la soltura del crío). La primera parte del show se cerraba con una estupenda versión de Save My Love, uno de esos descartes que Bruce ha ido rescatando de lo que se quedó en el proceso de elaboración de sus discos; una escalofriante The River en la que Bruce se volcó y que el público acogió con pasión, y que dio paso a una tremenda pareja formada por Backstreets y Badlands, dos de las grandes piezas del Boss, ejecutadas de manera magistral, para culminar en la esperanzadora Land of Hope and Dreams, en su nuevo arreglo para Wrecking Ball.
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En resumen: impagable. Una noche soberbia… una vez más, y van seis, desde 1999, al menos para quien esto escribe. Un concierto fabuloso, a la altura de todas las expectativas, con un repertorio que recorre practicamente todas las décadas de la discografía de Springsteen. Un show lleno de energía entre audiencia y artista, en el que se vio a Bruce contento, entregado, frenético en algunos momentos, respaldado por una banda de postín (aunque se echó de menos un Because the Night, por ejemplo, para que Nils Lofgren pudiera lucir su virtuosismo guitarrero), y en el que los bises sonaron menos apresurados que en otras ocasiones.
Y como dijo anoche el mismo Bruce, en esa estrofa de Born in the USA que ha ido alterando con el paso de los años… "Forty years burning down the road / Nowhere to hide, nowhere to go". Sólo, una vez más, saltar al escenario… a vibrar y hacer vibrar al público, con sus clásicos de siempre, que son acogidos con rugidos del respetable, que siempre se atenúan un poco en el caso de las canciones "nuevas" de turno.
Como siempre, después de un concierto de Bruce, a estas alturas, queda la duda… ¿será el último gran show que disfrutaré(mos) de esta banda inigualable? Ni lo bueno ni lo malo dura para siempre. Al igual que en otras ocasiones, Bruce se despidió con un "We'll be seeing you"…
Más fotos, crónicas y demás, en la página web de El Diario Vasco y en muchos otros lugares. Las canciones (cortesía del imprescindible blog de África Baeta):
1. Who’ll Stop The Rain
2. We Take Care of Our Own
3. Wrecking Ball
4. The Ties That Bind
5. Death to My Hometown
6. My City of Ruins
7. Spirit in the Night
8. Night
9. Does This Bus Stop at 82nd Street?
10. Jack of All Trades
11. Adam Raised a Cain
12. Prove It All Night
13. She’s the One
14. Working on the Highway
15. Shackled and Drawn
16. Waitin’ on a Sunny Day
17. Save My Love
18. The River
19. Backstreets
20. Badlands
21. Land of Hope and Dreams
22. Rocky Ground
23. Born in the U.S.A.
24. Born to Run
25. Hungry Heart
26. Seven Nights to Rock
27. Dancing in the Dark
28. Tenth Avenue Freeze-Out
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